Desde
la irrupción de los medios electrónicos e informáticos en el mundo de la
fotografía, se ha ido perdiendo poco a poco, la fantástica costumbre de ver
reflejadas nuestras fotografías en copias de papel.
Nos
encontramos plenamente metidos en el siglo XXI, el siglo de la imagen, donde
todo puede ser mirado sin ser visto, donde cada ciudadano consume a diario
miles de imágenes, a la misma velocidad que las devora y las olvida de su
memoria, una memoria fotográfica, que vive casi exclusivamente almacenada en
nuestros dispositivos electrónicos.
Se
comparten archivos de imagen en las redes sociales, se construyen galerías de
imágenes virtuales en nuestras websites, se almacenan en tablets y teléfonos
móviles, pero la copia fotográfica ya no está de moda.
¿Quién
se arriesga hoy en día a exponer su obra en una galería, en la sala de un museo
o en un centro cultural?
Sin
embargo, actualmente existen singulares procesos de impresión fotográfica, a
partir de materiales de altísima calidad, al alcance de cualquier profesional o
aficionado avanzado, que permiten convertir una fotografía en algo
extraordinario y verla como un verdadero objeto artístico.
Los
papeles Canson® Infinity son una buena muestra de ello. Son papeles
para la impresión fotográfica por inyección de tinta de una altísima calidad,
con una fabricación estudiada y desarrollada para satisfacer las mayores
exigencias de los fotógrafos y con unos acabados especialmente adecuados para
la fotografía denominada Fine Art.
Vengo
utilizando estos papeles desde hace varios años para todas las copias de mis
trabajos, tanto en blanco y negro como en color. Con ellos he podido realizar
exposiciones fotográficas en todo el mundo, se han hecho copias para
coleccionistas y museos, o tirajes artísticos para la venta, que cumplen con la
prestigiosa certificación Digigraphie®.
Hoy,
ésta importante firma, da un paso hacia adelante en el apartado de la
conservación de fotografías, al poner en el mercado sus “Cajas de archivo fotográfico”, con el fin de guardar y conservar en óptimas
condiciones nuestras fotografías, algo que los fotógrafos veníamos reclamando
desde hacía tiempo.
Por
supuesto, me he apresurado a realizar una copia de autor de todas las
fotografías que configuran mis trabajos, en papel Canson® BFK Rives
o Canson® RAG Photographique, y archivarlas para su conservación en
las cajas de archivo fotográfico.
Sin
duda, creo que ésta será la mejor forma de que el futuro nos permita seguir
disfrutando de nuestras copias fotográficas.
4 comentarios:
El papel BFK imagino que será parecido al Fibre Rag o barita. ¿Es muy superior a estos dos?
Disculpa José Ramón, no había visto tu comentario.
De entrada el Rag y el Baryta son distintos. Tanto en su fabricación como en su acabado.
Yo venía usando para mis trabajos el Rag, pero últimamente el Baryta me gusta mucho para mi obra en color. Proporciona un poco más de contraste y reproduce con mucha fidelidad el color.
Cuando preparaba mi exposición de Jazzlights, no quedaba satisfecho con los resultados del Rag, así que haciendo pruebas, descubrí el BFK y me enamoré de él. Para mi blanco y negro es extraordinario. Un papel sólido, con textura, que proporciona negros con detalle y blancos luminosos, además de una extensa gama tonal.
Ahora recientemente, lo he incorporado para la obra a la venta de la serie Caminos del Monsún.
En la web de Canson Infinity, encontrarás toda la información técnica de esos y otros papeles.
Un abrazo.
¿Por tanto el BFK debo entender que es mate?
Comparto esa pasión por la impresión en papel de calidad.
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